martes, 8 de marzo de 2011

EXPERTOS CHILENOS EXPONEN EN EL CONGRESO SOBRE ABORTO Y MORTALIDAD MATERNA

ELARD KOCH, MIGUEL BRAVO, ANDRÉS CARREÑO
Departamento de Salud Familiar
Facultad de Medicina
Universidad de Chile

Buenos Aires, marzo de 2011.- Médicos e investigadores chilenos visitan Argentina y expondrán el próximo miércoles 2 de marzo de 2011 a las 11hs. en la Cámara de Diputados de la Nación (Edificio Anexo) los resultados y principales conclusiones de sus investigaciones sobre el número de abortos que se realizan en Chile y en Argentina cada año y sobre la vinculación entre el aborto y la mortalidad materna.


La prohibición del aborto inducido para proteger la vida humana por nacer combinada con una estrategia de salud materna que incrementa la atención prenatal y la atención especializada del parto, reduce tanto la mortalidad materna como la magnitud del problema del aborto inducido ilegal en el tiempo.

Una eventual despenalización del aborto en Argentina, incrementaría sustancialmente la magnitud de abortos provocados a petición (2,3 veces a los siguientes 10 años y 5,1 veces tras 50 años de legalización o despenalización) estimado que el año 2020 los abortos provocados se incrementaran desde 47.636 a 113.586.

El número de abortos clandestinos informados para la Argentina recientemente, está sobreestimado.

El incremento del costo sanitario y el desvío de recursos para cubrir la demanda de abortos a petición traen en consecuencia la reducción de los recursos para incrementar la atención prenatal y obstétrica especializada con un impacto deletéreo sobre la salud materna y neonatal.

De acuerdo a un informe actual de la Organización Mundial para la Salud (OMS), el 60% de las muertes maternas en Latinoamérica ocurre por hipertensión, hemorragia y obstrucción de la labor del parto, mientras el aborto ocupa el cuarto lugar de las causas, representando sólo 12% del total. Sin embargo, el aborto ha recibido una desproporcionada atención bajo el argumento que su prohibición en países en vías de desarrollo sería el principal determinante de la alta mortalidad aterna, asunción recientemente evaluada en Chile, cuyos resultados contradicen este paradigma.

En Argentina, el aborto está penalizado para proteger la vida del ser humano por nacer, permitiéndose sólo bajo condiciones estrictas y restringidas. Esto ha causado críticas de distintas ONG nacionales e internacionales, solicitando al gobierno argentino la despenalización del aborto, a fin de reducir las altas cifras de abortos ilegales, que según algunas estimaciones alcanzarían los 466.998 abortos. Se han porpuesto diferentes modelos o métodos estadísticos para estimar la magnitud del aborto, algunos carentes de sustetno científico.


HIPÓTESIS:

- Las cifras de aborto ilegal informadas en Argentina están sobreestimadas, en al menos 50% de su magnitud.

- La despenalización o legalización del aborto inducido incrementa su magnitud como una función del tiempo.


METODOLOGÍA:

Basados en estadísticas vitales oficiales, se reconstruye y analiza una serie temporal de la razón de mortalidad materna (MMR) entre 1980 y 2009. El número de abortos inducidos fue estimado aplicando dos modelos por Koch et al. Primero, se utiliza el Modelo de Embarazos Esperados (EPM). Basado en las probabilidades biológicas de una concepción viable publicadas por Wilcox et al. en la revista New England Journal of Medicine, y a partir de datos objetivos como la tasa global de fecundidad (TGF) y la población femenina en edad fértil, se puede estimar el número de embarazos que ocurren cada año en un país. A la luz de estos nuevos conocimientos, no disponibles cuando otros métodos de estimación de abortos clandestinos fueron propuestos, se puede conocer el total de embarazos esperados, la proporción de embarazos que se interrumpen muy tempranamente en forma espontánea, tanto de forma imperceptible como una pérdida clínicamente evidenciada. El resto de los embarazos viables, se dividen en 3 grupos: los que terminan en naciods vivos, que cada país lleva en sus estadísticas vitales, las muertes fetales, de las cuales también hay registro fiable y el grupo correspondiente a los abortos inducidos calculado como el remanente faltante. El segundo método utilizado menos exacto que el EPM, corresponde a una ecuación lineal relacionada con la TGF con una bondad de ajuste de 95%. Por último, se utiliza un modelo de tipo cuadrático en función del tiempo basado en los datos de 18 países europeos con aborto legal para proyectar la tendencia del número de abortos inducidos en el tiempo si fuera hipotéticamente despenalizado el año 2011.


RESULTADOS:

Entre 1951 y 2007 la mortalidad por aborto en Chile disminuyó desde 69,51 hasta 1,65 por 100.000 naciods vivos, representando una reducción de 97,6%. Después de la prohibición definitiva del aborto terapéutico, la mortalidad materna por esta causa se redujo 87,9% (i.e. desde 13,72 a 1,65 por 100.000 nacidos vivos). Actualmente el riesgo de morir por aborto en Chile es menor a 1 en dos millones de mujeres en edad fértil. Aplicando el EPM, en Chile actualmente se estiman 19.390 abortos inducidos ilegales, mientras en 1957 la cifra se estimó cercana a 200.000 abortos. Esto confirma una reducción paralela de la mortalidad materna por aborto y el problema del aborto inducido ilegal en Chile.

Según datos oficiales del DEIS Argentino, en el período analizado, la mayor MMR se observó en 1980, 70 por 100.000 nacidos vivos; y la menor el año 2000, 35 por 100.000 naciods vivos. Al año 2009, la MMR disminuyó en forma acumulada 21,4%. Si bien la MMR se ha reducido en estos últimos 29 años, los datos indican que Argentina requiere una disminución adicional de 40% para lograr la meta de su plan operativo de salud pública (i.e. alcanzar una MMR de 33 por 100.000 nacidos vivos el año 2011), propuesto por el Ministerio de Salud de la Nación con el fin de reducir la mortalidad materna en general y por aborto.

Esta meta es potencialmente alcanzable si se incrementa la cobertura de atención prenatal, la atención obstétrica de urgencia y la atención profesional del parto; esta última logró 83,7% de cobertura de los nacidos vivos el año 2009, dejando aún un porcentaje importante de pacientes con alto riesgo obstétrico sin acceso a la atención especializada en hospitales, que contrasta con la cobertura del 99,9% observada actualmente en Chile.

El año 2009, se produjeron 410 muerte maternas en Argentina. De acuerdo con el CIE-10, las causas obstétricas directa e indirecta, excluyendo los códigos 000 a 007 (que incluye los distintos tipos de aborto), constituyeron sus principales causas, alcanzando 78,7%. De los 87 embarazos terminados en aborto, los informes oficiales a los que tuvimos acceso no señalan la proporción correspondiente a abortos inducidos respecto a otros tipos de abortos, especialmente embarazo ectópico, una de las principales causas de urgencia obstétrica.

Aplicando el EMP similar al caso chileno, el número de abortos clandestinos para Argentina el año 2007 se estimó en 47.636, es decir, 9,8 veces menos abortos que la cifra informada por la agencia Human Rights Watch, quienes se basaron en un estudio de Mario y Pantelides. Esta sobreestimación en la magnitud de los abortos inducidos también fue observada cuando se utilizó la misma metodología en México, amplificando 10 veces la cifra de abortos inducidos ilegales.

Utilizando un modelo predictor basado en una ecuación lineal relacionada a la TGF, los abortos inducidos se estiman en un máximo de 68.978 abortos provocados ilegalmente en Argentina. Al considerar esta magnitud, la tasa de incidencia cruda es de 7,12 abortos por 1000 mujeres en edad fértil que es menor a la tasa cruda observada en la mayoría de los países europeos con aborto legalizado o despenalizado.

El cociente de aborto por nacido vivo, una medida que permite la comparación entre países, es de 0,098 (i.e. 1 aborto por cada 10.1) para Argentina, cifra muy cercana al valor de 0,092 estimado para Chile (i.e. 1 aborto por cada 10,8 nacidos vivos). Utilizando las estimaciones de Mario y Pantelides para los 700.792 nacidos vivos informadas para la Argentina el año 2007, este cociente seria de 0,66 abortos por cada nacido vivo o expresado recíprocamente, que en Argentina ocurriría un aborto por cada 1,5 nacidos vivos; si esta cifra fuera válida, sería el cociente más alto en el mundo (superior a Rumania), algo improbable si pensamos que en los países de la Unión Europea con aborto despenalizado, este cociente varia desde 1 aborto por cada 1,68 (Rumania) a 1 por cada 6,79 (Grecia) nacidos en el presente.

Si hipotéticamente el aborto inducido en Argentina fuera despenalizado en el año 2011, proyectamos el escenario para los siguientes 10 años ajustando por la tasa de aborto inducido observada en España para el período 1998-2008 en población femenina en edad fértil (15 a 44 años), estimando que el año 2020 los abortos provocados se incrementarán desde 47.636 a 113.586 tras su despenalización (i.e. un aumento de 138% respecto de los abortos ilegales actuales). La tendencia en el número de abortos para los siguientes 50 años siguiendo el promedio de 18 países Europeos con aborto legal, el año 2060 se esperarían en Argentina 245.371 abortos inducidos o legales (i.e. los abortos provocados legales se incrementarán 415%); en tanto en Chile, si se despenalizara el aborto, se elevaría desde 19.390 abortos clandestinos actualmente a 81,788 abortos provocados para el año 2060.


SE CONCLUYE FINALMENTE QUE LA DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO NO ES UNA ESTRATEGIA EFECTIVA PARA REDUCIR LA MORTALIDAD MATERNA Y CONTROLAR EL PROBLEMA DEL ABORTO INDUCIDO, PUDIENDO INCLUSO TRAER CONSECUENCIAS DELETÉREAS PARA LA SALUD MATERNA Y NEONATAL, EN ESPECIAL EN PAÍSES QUE SUBSISTEN UNA ELEVADA MORTALIDAD MATERNA.


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El aborto causa una de cada cuatro muertes de mujeres embarazadas | Tiempo Argentino

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