UN CASO "EXITOSO" CON CÉLULAS MADRE
Lo operaron del labio leporino sin secuelas
A MARTINO LE INJERTARON CELULAS DE SU PROPIO CORDON PARA TRATAR SU FLAP (FISURA LABIOALVEOLOPALATINA).
Marcelo Ortega y su mujer, Carolina, se enteraron en la ecografía del cuarto mes que el bebé que iban a tener nacería con labio leporino y fisura de paladar. Parecía una mala broma del destino. Los dos son odontólogos y él, desde hace 20 años, se dedica a la cirugía maxilofacial. Así, dice ser el "ideólogo" de la recuperación de su hijo: según sus planes, Martino fue operado del labio a los siete días de nacer y a los cuatro meses le hicieron el cierre del paladar. En ese momento también le injertaron células madre del cordón que guardaron en el parto. "Está claro el uso de células madre en la formación de tejidos. Y por eso lo hicimos, para que se regenerara lo más rápido posible. A Martino no le quedó ninguna secuela en el paladar. En general, a los chicos les quedan cordones transversales que provocan alteración facial e impiden que se expanda el maxilar, provocando problemas en la dentadura. Martino no tiene rastros". Ortega cuenta orgulloso que no hay precedentes en el mundo de una operación igual. Y que van a mandar su caso a una publicación especializada (Cleft palate). Explica que hoy se aplican unas proteínas muy caras donde falta tejido: "Nosotros, al guardar el cordón, ya tenemos tejido", asegura. Admite que guardar el cordón por ahora tiene un costo alto que no es para todo el mundo, pero dice que si su idea funciona, la técnica podría aplicarse a muchos chicos, y asegura que Martino, que tiene nueve meses, está perfecto.
Habrá que esperar.
Se duplicaron en un año los cordones umbilicales guardados
Una esperanza para curar enfermedades futuras con células madre. Algunos expertos dicen que es un "seguro de vida". Otros alertan que aún no está probada su eficacia.
Por: Mariana Iglesias
A grandes rasgos, el planteo de una pareja (clase media o más) que espera un bebé, es así: "Por ahora no hay nada probado científicamente, pero se habla de su potencial y si en un futuro su uso se concreta y no lo guardamos, no nos lo vamos a perdonar". En base a ese razonamiento es que en Argentina hay congelados 20.000 cordones umbilicales. El crecimiento es imparable: el primer banco abrió en 2003, en 2005 había 2.000 cordones, el año pasado 10.000. Y ya se duplicó.
No es para cualquiera: la extracción del cordón cuesta 5.000 pesos y mantenerlo en el congelador, casi 500 al año. Claro que si es el "seguro de vida" de un hijo, hasta vale la pena hipotecarse. Pero lo cierto es que a pesar de que estos bancos se multiplican (hay ocho en el país), otras voces de la ciencia advierten que hay que ser realistas y saber qué es lo que se paga.
Para empezar, ¿por qué es importante el cordón? Porque la sangre del cordón umbilical (rica en células madre) puede usarse en lugar de la médula ósea para pacientes con leucemia, otras enfermedades de la sangre o hereditarias. De hecho hace 20 años que se realizan trasplantes de células madre de cordón umbilical para tratar enfermedades hematológicas. Hasta ahí, lo probado.
"Todavía no hay en el mundo ni un caso reportado de su uso en una enfermedad no hematológica. Y los bancos privados prometen fantasías como que el cordón va a servir para curar el Parkinson, que es una enfermedad que aparece después de los 60 años y aún no se sabe si la criopreservación de las células dura tantos años", dice a Clarín Pablo Argibay, director del Instituto de Ciencias Básicas y Medicina Experimental. Fernando Pitossi, investigador en células madre y enfermedades del Instituto Leloir y el Conicet, dice algo similar: "Hay que tener cuidado con las promesas. Curar enfermedades como el Parkinson está más cerca de la ciencia ficción que de la ciencia. Sí ahorra la punción de la médula ósea, que es muy dolorosa, pero eso no significa que el cordón sea un seguro de vida".
Claudio Chillik, presidente de ABC Cordón, la flamante cámara de bancos privados de células madre de cordón tiene, claro, otra visión: "Ya no se discute la utilidad en el trasplante de médula ósea. Y hay avances en enfermedades extra hematológicas. En Estados Unidos se presentó un trabajo en chicos diabéticos con resultados alentadores". También cuenta el caso argentino de un bebé que nació con labio leporino y fisura de paladar al que no sólo se lo operó sino también se le inyectaron células madre: "La cicatrización fue perfecta. Y se observa regeneración ósea en el maxilar superior". Para Pedro Dogliotti, jefe de cirugía plástica del hospital Garrahan, el caso "no tiene validez científica. Es cirugía experimental. Con la operación convencional el chico también queda perfecto".
Chillik explica que lanzarán una campaña de concientización sobre la importancia de conservar el cordón: "No tires sangre del cordón. Si querés guardala o si querés donala". Lo dice porque en Argentina también existe un banco público. Igual, Chillik asegura que "la mejor célula madre es la de uno, porque sino puede haber rechazo". ¿Pero si la enfermedad es genética? "Hay excepciones -admite- pero sin dudas es un seguro".
Para no plantearlo en términos dicotómicos de público o privado, si bien los científicos dicen que la sangre del cordón es útil y que lo mejor es no tirarlo, advierten que por ahora su uso es limitado (de hecho no se considera una práctica médica sino experimental). El resto son decisiones personales.
Fuente: CLARIN disponible en http://www.clarin.com/2009/04/19/sociedad/s-01901237.htm