Dañar o matar intencionalmente a otra persona está mal siempre (los atenuantes, son sólo atenuantes y nunca vuelven bueno un acto malo en sí mismo).
Maltratar animales, por el simple placer de hacerlo, está mal siempre.
Incendiar bosques, por descuido o intereses egoístas, está mal siempre.