sábado, 2 de octubre de 2010

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"(...) claramente (...) antiético (...)"

News Release
FOR IMMEDIATE RELEASE
Friday, October 1, 2010
Contact: HHS Press Office
(202) 690-6343
Disponible en: http://www.hhs.gov/news/press/2010pres/10/20101001a.html


Joint Statement by Secretaries Clinton and Sebelius on a 1946-1948 Study
Following is a joint statement by Secretary of State Hillary Rodham Clinton and Secretary of Health and Human Services Kathleen Sebelius on the U.S. Public Health Service Sexually Transmitted Disease Inoculation Study of 1946-1948:

The sexually transmitted disease inoculation study conducted from 1946-1948 in Guatemala was clearly unethical. Although these events occurred more than 64 years ago, we are outraged that such reprehensible research could have occurred under the guise of public health. We deeply regret that it happened, and we apologize to all the individuals who were affected by such abhorrent research practices. The conduct exhibited during the study does not represent the values of the United States, or our commitment to human dignity and great respect for the people of Guatemala. The study is a sad reminder that adequate human subject safeguards did not exist a half-century ago.

Today, the regulations that govern U.S.-funded human medical research prohibit these kinds of appalling violations. The United States is unwavering in our commitment to ensure that all human medical studies conducted today meet exacting U.S. and international legal and ethical standards. In the spirit of this commitment to ethical research, we are launching a thorough investigation into the specifics of this case from 1946. In addition, through the Presidential Commission for the Study of Bioethical Issues, we are also convening a body of international experts to review and report on the most effective methods to ensure that all human medical research conducted around the globe today meets rigorous ethical standards.

The people of Guatemala are our close friends and neighbors in the Americas. Our countries partner together on a range of issues, and our people are bound together by shared values, commerce, and by the many Guatemalan Americans who enrich our country. As we move forward to better understand this appalling event, we reaffirm the importance of our relationship with Guatemala, and our respect for the Guatemalan people, as well as our commitment to the highest standards of ethics in medical research.



TEXT IN SPANISH:

Declaraciones de la secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton
y la secretaria de Salud y Servicios Sociales Kathleen Sebelius
sobre el Estudio de inoculación de enfermedades de transmisión sexual
del Servicio de Salud Pública de Estados Unidos de 1946 a 1948

El estudio de inoculación de enfermedades de transmisión sexual que se llevó a cabo de 1946 a 1948 en Guatemala claramente fue antiético. Aunque estos sucesos ocurrieron hace más de 64 años, estamos indignados de que tal investigación reprochable haya ocurrido bajo el pretexto de la salud pública. Lamentamos profundamente que esto haya sucedido y ofrecemos nuestras disculpas a todas las personas que resultaron afectadas por esas abominables prácticas de investigación. La conducta demostrada durante el estudio no representa los valores de Estados Unidos ni nuestro compromiso con la dignidad humana y el gran respeto hacia el pueblo de Guatemala. El estudio es un triste recordatorio de que las garantías adecuadas para la investigación en seres humanos no existían hace medio siglo.

En la actualidad, los reglamentos que gobiernan la investigación médica en seres humanos financiada por Estados Unidos prohíben este tipo de violaciones atroces. Estados Unidos es inquebrantable en su compromiso de garantizar que todos los estudios médicos en seres humanos que se realizan en la actualidad, cumplan con las rigurosas normas legales y éticas de Estados Unidos e internacionales. Bajo el espíritu de este compromiso con la ética investigativa, estamos iniciando una minuciosa investigación con respecto a los detalles de este caso de 1946. Además, mediante la Comisión Presidencial para el Estudio de Asuntos de Bioética, convocaremos también a un cuerpo de especialistas internacionales para que revise e informe sobre los métodos más eficaces para asegurar que toda investigación médica en seres humanos que se realice en el mundo en la actualidad cumpla con rigurosas normas éticas.

El pueblo de Guatemala es uno de nuestros amigos cercanos y vecinos en las Américas. Nuestros países son socios en una variedad de asuntos y nuestros pueblos están vinculados por valores compartidos, comercio y por los muchos estadounidenses de origen guatemalteco que enriquecen nuestro país. A medida que avanzamos para comprender mejor este atroz suceso, reiteramos la importancia de nuestra relación con Guatemala y nuestro respeto por el pueblo guatemalteco, así como nuestro compromiso con las normas éticas más exigentes en la investigación médica.

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Note: All HHS press releases, fact sheets and other press materials are available at http://www.hhs.gov/news.

Last revised: October 01, 2010



Página/12
www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-154189-2010-10-02.html

SOCIEDAD › EE.UU. PIDIO PERDON A GUATEMALA POR HABER INOCULADO A SU POBLACION ENFERMEDADES DE TRANSMISION SEXUAL


Un experimento digno de la Alemania nazi
Entre 1946 y 1948, científicos norteamericanos contagiaron de manera intencional sífilis y gonorrea en detenidos y enfermos mentales para probar el efecto de la penicilina. El presidente de Guatemala lo calificó como “delito de lesa humanidad”.


Estados Unidos debió pedir disculpas a Guatemala por un estudio que realizó, ocultándolo, con parte de su población, al infectar deliberadamente a cientos de ciudadanos con enfermedades de transmisión sexual. El experimento, calificado de “abominable” por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, fue realizado entre 1946 y 1948. Ayer, el presidente norteamericano, Barack Obama, se comunicó con su par de Guatemala, Alvaro Colom, quien luego definió el hecho como un “delito de lesa humanidad”, calificó los episodios como “espeluznantes y desagradables”, y advirtió que “el gobierno se reserva el derecho de (realizar) una denuncia”.

“Lamentamos profundamente que esto haya sucedido y ofrecemos nuestras disculpas a todas las personas que resultaron afectadas por esas abominables prácticas de investigación”, declararon Hillary Clinton y la secretaria de Salud, Kathleen Sebelius, en un comunicado que corroboraba la denuncia hecha hace cuatro años por una investigadora universitaria. El responsable del experimento, cuya veracidad había sido puesta en duda hasta ahora, fue el propio Servicio de Salud Pública de Estados Unidos (PHS, por sus siglas en inglés). El estudio fue “claramente antiético”, afirmó el comunicado firmado por Clinton y Sebelius. “Aunque estos sucesos ocurrieron hace más de 64 años, estamos indignados de que tal investigación reprochable haya ocurrido bajo el pretexto de la salud pública.” Un “profundo pesar”, indicó la secretaria de Estado, la embargó por ver que “una investigación tan reprensible pudiera ocurrir”. Esto “no representa los valores de Estados Unidos”, aseveró.

En improvisada conferencia de prensa, el presidente guatemalteco contó que Clinton le había informado el hallazgo el jueves. “Es un delito de lesa humanidad lo ocurrido en esa época y el gobierno se reserva el derecho de una denuncia”, advirtió, al tiempo que dio a conocer que ya ordenó a los ministros de Salud, Defensa y Gobernación (Interior) que localicen los archivos de esa época para “protegerlos y resguardarlos”.

Colom también señaló que “los investigadores y expertos conocían del trabajo, reconocían la naturaleza y lo antiético de la investigación”.

El experimento se realizó entre 1946 y 1948, a espaldas de cientos de ciudadanos guatemaltecos que fueron inoculados intencionalmente con sífilis y gonorrea. De acuerdo con la cadena estadounidense NBC, los investigadores médicos de Estados Unidos infectaron a “cientos de personas” en Guatemala, incluyendo a pacientes de instituciones mentales. En ninguno de los casos pidieron permiso a esas personas para servirse de ellas como sujetos de prueba.

Liderados por el Servicio de Salud Pública durante la administración de Harry Truman, los estudios observaban el desarrollo de las enfermedades en períodos prolongados de tiempo, sin ofrecer tratamiento alguno a los infectados, aseguró el diario guatemalteco Prensa Libre. Además, informó NBC, “muchos de los infectados fueron alentados a transmitir la infección a otros como parte del estudio”, y una tercera parte de los afectados “nunca recibió un tratamiento adecuado”.

El caso fue descubierto en 2006 por la investigadora Susan Reverby, de la Universidad Wellesley (Massachusetts), quien reveló que el estudio llevado a cabo por el médico John Cutler buscaba comprobar la efectividad de la penicilina para combatir enfermedades de transmisión sexual. Reverby descubrió que la Salud Pública ya había realizado estudios con “voluntarios” de una cárcel de Indiana, a quienes se infectó con gonorrea. Sin embargo, al encontrarse con que esos prisioneros no querían exhibir ante los investigadores las consecuencias de la enfermedad, el estudio debió replantearse.

“Para seguir adelante con ese trabajo –escribió Reverby– y para extenderlo también a la sífilis, el PHS miró hacia más allá de las fronteras estadounidenses.” Eligieron varones en la Penitenciaría Nacional y en bases del ejército, y varones y mujeres en el Hospital Nacional Mental de Guatemala; llegaron a reclutar 696 conejillos de Indias humanos. Cutler y el equipo, descubrió Reverby, primero utilizaron prostitutas ya afectadas con sífilis para infectar a los prisioneros; luego procedieron a la inoculación directa de la bacteria en los penes o brazos de las personas elegidas. Después se les suministraba penicilina. Sin embargo “no está claro” si alguno de ellos pudo curarse, o si se les administró “el tratamiento adecuado”.

Luego de conocida la información, Clinton anunció que el Estado norteamericano procedería a otra “minuciosa investigación” y que convocaría a especialistas internacionales “para que revise e informe sobre los métodos más eficaces para asegurar que toda investigación médica en seres humanos que se realice en el mundo en la actualidad cumpla con rigurosas normas éticas”.