Si en una situación determinada se debe resignar un bien, sólo se puede renunciar al bien físico pero nunca se debe desistir frente al bien moral.
Guiarse por el sentimiento de la conciencia o del deber es actuar con equidad aún procediendo en oposición a los rigurosos preceptos incluidos en los textos de las leyes.
La alternativa válida es siempre preferir el bien, entonces:
- Ante dos males morales: rechazar ambos (no se aplica el principio de mal menor).
- Ante un mal moral y un mal físico: respetar el aspecto moral.
- Ante dos males físicos: optar por el mal menor.
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