Ciudad del Vaticano, 20 Feb. 09 (AICA)
La genética al servicio de la creación
Al presentar este martes 17 en la Oficina de Prensa de la Santa Sede el congreso "Las nuevas fronteras de la genética y el peligro de la eugenesia", el presidente de la Academia Pontificia para la Vida, monseñor Rino Fisichella, explicó que los avances científicos en la genética deben siempre respetar la vida de todo ser humano y deben estar siempre de acuerdo con la ética.
El congreso, promovido por la Academia Pontificia para la Vida, se llevará a cabo hoy y mañana en el Aula Nueva del Sínodo, en el Vaticano, y sus relatores son científicos procedentes de diversas universidades que abordarán el tema desde varias perspectivas: la estrictamente biomédica, la jurídica, y las reflexiones filosófica, teológica y sociológica.
"Gracias a la gran labor desarrollada en los últimos decenios, sobre todo bajo la dirección de F. Collins, acerca de la Human Genome Data Base -explicó monseñor Fisichella- es posible realizar el mapa de millones de genes que permiten conocer diversos tipos de enfermedades y a menudo se ofrece la posibilidad concreta de superar las patologías hereditarias".
"La finalidad del Congreso es verificar si en el ámbito de experimentación genética hay aspectos que tienden a una acción eugenésica o la llevan a cabo de hecho". Este dato, dijo el prelado, "se expresa en diversos proyectos de orden científico, biológico, médico, social y político, todos ellos más o menos ligados entre sí", que "llevan aparejado un juicio ético sobre todo cuando se pretende sostener que se realiza una acción eugenésica en nombre de una "normalidad" de vida ofrecida a los individuos".
"Esa mentalidad, ciertamente reductiva, pero presente, tiende a considerar que hay personas que tienen menos valor que otras, sea por sus condiciones de vida -como la pobreza o la falta de educación-, o a causa de su condición física -como los discapacitados, los enfermos psíquicos, las personas en el denominado "estado vegetativo", los ancianos con graves patologías".
"No siempre las instancias de la ciencia médica están de acuerdo con el parecer del filósofo o del teólogo", subrayó el presidente de la Pontificia Academia para la Vida. "Si por una parte es frecuente entre algunos la tentación de considerar el cuerpo como materia, por otra, la preocupación de que no se olvide jamás la unidad fundamental de toda persona es una instancia que no puede marginarse ni callarse".
"Efectivamente la investigación para aliviar a las personas debe aumentar y progresar -concluyó-, pero al mismo tiempo estamos llamados a hacer crecer y progresar la conciencia ética sin la cual toda conquista sería siempre parcial".
Por su parte monseñor Ignacio Carrasco de Paula, canciller de la Academia Pontificia para la Vida, intervino para afirmar que “el Proyecto del Genoma Humano es uno de los grandes logros de estos inicios del nuevo milenio. Si para la medicina y no solo para ella, el conocimiento del genoma humano es absolutamente esencial, también es muy importante identificar sus consecuencias éticas, legales y sociales".
Refiriéndose a la eugenesia, señaló que ésta "representa el principal uso discriminatorio de los descubrimientos de las ciencias genéticas. Este es el punto que el Congreso se propone examinar. Obviamente, el objetivo principal es llamar la atención de todos sobre los notables beneficios que se pueden obtener de la investigación genética, si tanto el compromiso de los investigadores como las inversiones públicas y privadas se dirigen a ella, superando la tentación de los aparentes atajos propuestos por la eugenesia".
Después intervino el profesor Bruno Dallapiccola, docente de Genética Médica en la Universidad “La Sapienza” de Roma, quien dijo que "la difusión de los análisis del genoma está destinada no solo a una estrecha dependencia de las personas de la medicina, sino también a transformar la figura del médico. La era post-genoma corre el riesgo de producir una ulterior involución de la figura del médico, destinado, quizá, a ser una persona que interpreta los datos sofisticados de algún instrumento de elevada tecnología".
"Hay que ser críticos -concluyó- tanto en relación con los "reduccionistas", que piensan que la secuencia del genoma humano es suficiente para aclarar el sentido de la vida humana, como con los "deterministas", que creen lograr predecir, solo a través de la lectura del DNA, el destino biológico de una persona".+
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