Martes 1 de Setiembre de 2009
http://www.ambito.com/noticia.asp?id=479804
Una intervención del Hospital Austral
Salvaron a bebé sano gestado con siamesas
Alejandra Sánchez, de 32 años, casada y madre de cinco hijos, vive en la localidad de Capilla de Señor. En enero quedó embarazada de un supuesto sexto hijo. Pero en junio de este año, cuando ya cursaba un embarazo de 24 semanas, su obstetra la derivó a la Unidad de Medicina Fetal del Hospital Universitario Austral, porque su embarazo era múltiple, pero con un bebé polimalformado.
En el Hospital Austral se le diagnosticó un embarazo triple formado por un par de gemelas siamesas y una tercera gemela normal. Las siamesas estaban fusionadas en la mitad superior del cuerpo, compartiendo el corazón y la cabeza. La malformación terminaría en anencefalia, que lleva a la destrucción de la corteza cerebral y que lamentablemente significaba que estas bebés iban a morir poco después de nacer.
El doctor Adolfo Etchegaray, director de la Unidad de Medicina Fetal, afirmó que lamentablemente no podríamos curar al bebé fusionado, pero teníamos un problema adicional: la vida del bebé sano corría un grave peligro debido a que el líquido amniótico, en el saco del siamés, iba aumentando progresivamente cada semana como consecuencia de su incapacidad de deglutir, lo cual eventualmente podría producir un parto prematuro severo. La clave era tratar de encontrar una forma de reducir el riesgo de prematuridad en el feto sano, sin perjudicar al enfermo.
En julio, cuando la madre comenzaba a cursar las 29 semanas de embarazo, el aumento de la tensión abdominal llevó al experto en Medicina Fetal a decidir realizar un amniodrenaje para descomprimir el útero y permitir que el embarazo continuara hasta una edad gestacional menos peligrosa para el nacimiento.
El amniodrenaje es un procedimiento relativamente simple, que consiste en evacuar con una aguja el exceso de líquido amniótico para prolongar el embarazo. En este caso se extrajo un litro y medio de liquido, lo cual produjo un importante alivio a la paciente y redujo el riesgo de que el nacimiento se produjera tan tempranamente, expresó Etchegaray.
El 12 de agosto fue el día clave. Se programó una cesárea para reducir el riesgo de complicaciones para el bebé sano y de una cirugía más dificultosa a edades gestacionales más avanzadas. Luisana, la beba sana, nació con un peso de 1770 gramos y permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatológicos. Vanesa, así se llamaron las siamesas, tan sólo vivió media hora, tal como se esperaba desde que se realizó el diagnóstico.
Etcheragay contó que Vanesa, que sabíamos que moriría poco después de nacer, tuvo el mismo nacimiento que su hermanita Luisana, fue aceptada por sus padres y tuvo un nombre. Estuve al lado de ella durante los 30 minutos de su corta vida mientras terminaban de operar a su mamá. Tuvo el tratamiento digno que merece todo ser humano. Incluso sus padres tuvieron la posibilidad de bautizarla.
El doctor Rafael Pineda, Director del Comité de Ética Asistencial del Hospital Universitario Austral, sostuvo que más de algún colega, al enterarse de este hecho, se habrá preguntado ¿por qué no eliminaron al bebé siamés si no iba a tener chances de vida, y así hubiera sido más fácil el tratamiento y salvar la vida de la beba sana, como los otros 11 casos que se conocen en el resto del mundo? Sin embargo, en el Comité de Ética nos pareció mejor prolongar el embarazo y con esto mejorar las chances de sobrevida de la beba sana, sin perjudicar directamente a las siamesas y respetando, así, la dignidad de esa persona en gestación, que se fue de este mundo de forma natural y habiendo recibido el trato humanizado que todos merecemos
LOGRO DE LA MEDICINA
http://www.lanueva.com/edicion_impresa/nota/2/09/2009/992085.html
Una beba logró sobrevivir a sus hermanas siamesas
Una difícil intervención permitió el nacimiento, con 32 semanas de gestación de Luisana, hermana de dos gemelas unidas por el corazón y el cráneo que murieron en el parto, un caso inédito en Argentina y con sólo 15 antecedentes en el mundo.
BUENOS AIRES (NA) -- Una beba logró sobrevivir a sus hermanas siamesas, en el que sería el primer caso que se conoce en la Argentina (tercero en América Latina) de un embarazo triple de un par de gemelos siameses y un tercer niño sano.
El caso de Luisana, gestada en un embarazo de tres gemelas de las cuales dos eran siamesas "inviables", es el tercero que se registra en América Latina, los dos anteriores se dieron en Chile.
La pareja formada por Alejandra (32) y Hugo (35) de la localidad bonaerense de Capilla del Señor, comenzó a buscar un sexto hijo hasta que en enero pasado la mujer quedó embarazada.
Al promediar el embarazo, la mujer fue notificada de un embarazo múltiple, pero con un bebé polimalformado.
En el Hospital Austral se le diagnosticó un embarazo triple formado por un par de gemelas siamesas, que compartían corazón y cabeza, y una tercera niña, que finalmente sobrevivió.
Alejandra, madre de la niña que es uno de los 15 antecedentes en todo el mundo, destacó la labor de los médicos por salvar a la niña, ya que en general estos casos tienen un desenlace fatal.
"Yo sabía que una (de sus hijas) venía bien y decidimos luchar", señaló la mujer, de 32 años, quien dio a luz el parto múltiple el 12 de agosto último en el Hospital Austral, y cuyo caso se conoció públicamente ayer.
La mujer vive junto a su marido Hugo, de 35 años, y sus hijos Yesica, de 17; Gabriel, de 16; Melany, de 14; Hernán, de 13; y Dylan, de 11, además de la recién llegada Luisana.
"A los otros nenes no los disfrutamos mucho, porque fueron muy seguidos. Mi marido quería tener otro bebé; entonces empezamos a buscar a Luisana. Fue un embarazo totalmente espontáneo", dijo la mujer, quien contó que económicamente no les sobra nada "pero tampoco nos falta".
A las nueve semanas de gestación, le comunicaron que uno de los mellizos tenía anencefalia y no sobreviviría.
"Lo charlamos con mi marido. Yo sabía que una venía bien y decidimos luchar por eso, sabiendo los riesgos que corríamos", señaló, en declaraciones a un matutino porteño.
La anencefalia es uno de los defectos en el tubo neural, que se produce por carencia de ácido fólico en el primer mes de gestación, al no cerrarse el tubo que protege la médula espinal.
"No se cierra la bóveda craneana, por lo que el cerebro se forma, pero se destruye al nacer", explicó Adolfo Etchegaray, director de la Unidad de Medicina Fetal del HUA (Hospital Universitario Austral).
El segundo problema fue que la vida de la beba sana corría grave peligro porque en la otra placenta el líquido amniótico iba aumentando, debido a que el feto malformado era incapaz de deglutir, lo que implicaba un riesgo de parto prematuro, con la posibilidad de que la beba sufriera secuelas.
"Al aumentar de tamaño el útero, éste lo interpreta como que el embarazo llegó a término, y la madre puede romper bolsa o empezar con contracciones", señaló Etchegaray.
La mujer comentó que a las 20 semanas supieron que, además, eran siamesas, por lo que "el miedo que tenía era llegar a las 32 semanas y quedarme sin nada".
Una vez derivada al Hospital Universitario Austral, fue sometida al amniodrenaje.
"Lo novedoso de este caso no fue precisamente el amniodrenaje. En la gran mayoría de los pocos casos publicados en la literatura se procedió directamente a finalizar todo el embarazo o se realizó un feticidio selectivo del feto siamés, a veces incluso produciendo la muerte del sano, de manera involuntaria", agregó el médico.
"Pensé que iba a ser mucho más traumático, pero no hay palabras para describir la contención que dan en el hospital", admitió la mujer.
En ese momento, los padres pusieron nombres a las siamesas, "porque yo sabía que iban a nacer vivas".
Al tener una sola cabeza, los médicos anotaron el parto como de mellizas, con la muerte de una de ellas.
Antes de la cesárea, los padres pidieron la presencia de un sacerdote, y la niña --Vanesa-- fue bautizada en el quirófano, antes de morir.
"Es una criatura más, tiene el mismo derecho que la hermana de recibir un nombre y su apellido", señaló Alejandra.
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