Estimados amigos,
El DEPLAI* ya inició su campaña en defensa de la vida y de la protección de la mujer embarazada, y se pone en sintonía con el pedido de los obispos que declararon el "2011. El año de la Vida" que comienza el próximo 27 de noviembre.
Por tal motivo los invitamos a sumarse a estas iniciativas, que surgieron en esta temática, que también pedimos que nos ayuden a difundirlas:
* Proponemos el Concurso de Dibujos Custodios de la Vida, con el objetivo de difundir y defender la cultura de la vida en todos los estadios, que ha iniciado Familias Argentinas en todas las escuelas del país.
Para mayor información visitar la página: www.familiasargentinas.org.ar.
* Además para quien esté interesado en participar del Programa Compromiso Ciudadano, que organiza el Frente Joven, que capacita a jóvenes lìderes a favor de la vida, les adjuntamos un material con dicha información y su contacto es: Leandro Flocco: lflocco@fasta.org.ar, celular: 15-6130-9132.
* Por otro lado estamos promoviendo la realización de pesebres en todas las plazas de nuestras ciudades, por lo que próximamente recibirán información.
* Por último proponemos como lema para esta campaña en defensa de la vida: LA VIDA ES SIEMPRE UN BIEN, cita que utilizó Juan Pablo II, en su Encíclica Evangelium Vitae, del 25 de marzo de 1995.
Eso es todo por ahora, los saludo fraternalmente,
Justo Carbajales
Director Ejecutivo del DEPLAI*
*Departamento de Laicos de la Conferencia Episcopal Argentina
Esta información es gentileza del Pbro. Abel Iglesias Cortina
viernes, 22 de octubre de 2010
lunes, 18 de octubre de 2010
Dr. Robert Edwards
Sobre el Premio Nobel de Medicina y Fisiología
Por Diana Radakoff
Gentileza del Pbro. Abel Iglesias Cortina
Como todos los años, la elección de los premios nobel es motivo de comentarios. En este caso, me refiero en particular al Dr. Robert Edwards a quién se le otorgó el codiciado galardón de medicina y fisiología por sus trabajos en medicina reproductiva y en particular por ser el “padre biotecnológico” de Louis Brown, la primera bebé obtenida por una técnica de fecundación extracorpórea, allá por 1978.
Desde aquella época hasta ahora, mucha agua ha corrido bajo el puente de la fertilización asistida y dada la baja eficiencia de los procedimientos (recordemos que en la década del noventa la OMS sostenía que por ser técnicas experimentales no debían ser financiadas por el seguro social) se siguieron complejizando con la intención de lograr mejores resultados. Esto dio paso a la ICSI (Inyección intra-citoplasmática de semen), eclosión asistida, co-cultivo con células endometriales, crio-conservación embrionaria, etc., etc.
Recordemos que Leslie Brown, la mamá de Louis, era estéril por presentar una obstrucción tubaria. Con este procedimiento, no solucionó su problema (no fue terapéutico), pero pudo puentearlo o subsanarlo y logró ser madre. No es poca cosa, para una pareja que anhela serlo. El papa JP II en Donum vitae II 8 dice a la comunidad:
““El sufrimiento de los esposos que no pueden tener hijos o que temen traer al mundo un hijo minusválido es una aflicción que todos deben comprender y valorar adecuadamente.
Por parte de los esposos el deseo de descendencia es natural: expresa la vocación a la paternidad y a la maternidad inscripta en el amor conyugal. Este deseo puede ser todavía más fuerte si los esposos se ven afligidos por una esterilidad que parece incurable (…)”.
Sin embargo, pese a todo, el Vaticano brinda un mensaje en disconformidad por la elección del galardonado y nuevamente la sociedad se encuentra en la antinomia ciencia y fe.
¿Pero cómo puede ser? ¿No han nacido 4 millones de niños en el mundo gracias a estas técnicas? ¿No han hecho felices a 4 millones de parejas que consiguieron ver realizada su legítima aspiración a la paternidad?
Nuevamente la Iglesia católica es el ogro en esta historia como en tantas otras que escuchamos. Y si bien todos la critican, son muy pocos los que escuchan los argumentos que ofrece Ignacio Carrasco de Paula, presidente de la Pontificia Academia para la Vida:
“Sin Edwards no existiría el mercado de los ovocitos”.
El 20 de septiembre, en el diario La nación salió un artículo titulado “De oficio donante” donde varias chicas comentaban su vocación “altruista” de donar óvulos, sometiéndose a agresivos tratamientos hormonales que podían lesionar su salud. Solo cobraban un viático (el último había sido de $800) para trasladarse del conurbano bonaerense hasta el centro de fertilidad. ¿Nadie se pregunta por qué esta actitud generosa, casi filantrópica, se presenta solo en gente de pocos recursos?
“Sin Edwards no habría congeladores llenos de embriones a la espera de ser transferidos a un útero, o más probablemente para ser utilizados para la investigación, o bien para morir abandonados y olvidados por todos”
En Información general de lanación.com, se publicó el 12 de julio de 2007 la siguiente noticia: “Hay 12.000 embriones congelados en la Capital” y comenzaba así:
“Son más de 12.000, pero apenas unos 520 engendrarán bebes…”
Caramba, entonces, si el 95% de los embriones congelados no engendrarán bebés no es tan descabellado el fastidio de la Iglesia.
¿Por qué morirán ese 95% de embriones?
Muchos por la manipulación extracorpórea que los dañará al sacarlos de su hábitat natural, ya que tienen un diseño biológico tal que son felices en el seno materno.
Otros serán discriminados al mejor estilo nazi: diagnóstico genético preimplantatorio, una nueva forma de eugenesia que permite elegir, por razones médicas o sociales, el embrión que tiene derecho a vivir.
Algunos más serán abandonados por sus progenitores porque deciden dejar de intentarlo, o porque se separan, o porque ya tienen la parejita, o porque, nuevamente la filantropía, los donan para experimentar…
Desde la biología se sabe desde hace mucho tiempo, que un embrión desde que se forma es una nueva vida individual, dueño de un programa genético definido que lo identifica a lo largo de todo su desarrollo como un mismo individuo siempre de la misma especie. Un individuo humano, lo es desde el principio, ya que no hay un proceso de humanización durante la gestación. Ese embrión humano irá creciendo de modo continuo y gradual, siempre que lo dejen, o sea, que no lo lastimen manipulándolo, o por sacarle un par de células para diagnóstico, o porque después de la selección no perteneció al grupo de los elegidos, o porque fue abandonado o donado a la ciencia
Para una paternidad responsable, es requisito desear un hijo. Sin embargo esta buena intención no alcanza para la valoración moral de un procedimiento que deja en el camino la vida de tantos seres indefensos. ¿Esos pequeñitos no tienen derechos humanos?
Pero esto, es responsabilidad de todos: Las técnicas de reproducción asistida se seguirán ofreciendo como “solución” a la esterilidad, entonces sería necesario que nuestros legisladores se preocuparan, antes de intentar que las costeen las obras sociales, o el estado o quien sea, que haya algún tipo de regulación para estas prácticas. Así por lo menos, se podría evitar un poco el estrago embrionario.
También sería conveniente que se financiaran proyectos de investigación que apuntaran a solucionar las causas de la esterilidad y no a eludirla con fertilización extracorpórea.
Otra cosa importante que se podría hacer desde el Ministerio de Salud, es difundir la conveniencia de completar la maternidad antes de los 35 años. Pocas mujeres son realmente consientes de la disminución de la fertilidad con la edad, y cuántos menos riesgos se corren de tener un niño con patología genética siendo joven.
Y por último, deberían agilizarse de alguna forma los programas de adopción, de manera que muchas parejas puedan encontrar rápidamente la ocasión de brindar su amor a tantos niños carentes de hogar que necesitan ser acogidos.
¿La paternidad es un derecho o debemos considerarla un don?
La ciencia técnica no puede perderse en la ilusión de su propia omnipotencia.
Realidad Bioética agradece este generoso aporte.
Por Diana Radakoff
Gentileza del Pbro. Abel Iglesias Cortina
Como todos los años, la elección de los premios nobel es motivo de comentarios. En este caso, me refiero en particular al Dr. Robert Edwards a quién se le otorgó el codiciado galardón de medicina y fisiología por sus trabajos en medicina reproductiva y en particular por ser el “padre biotecnológico” de Louis Brown, la primera bebé obtenida por una técnica de fecundación extracorpórea, allá por 1978.
Desde aquella época hasta ahora, mucha agua ha corrido bajo el puente de la fertilización asistida y dada la baja eficiencia de los procedimientos (recordemos que en la década del noventa la OMS sostenía que por ser técnicas experimentales no debían ser financiadas por el seguro social) se siguieron complejizando con la intención de lograr mejores resultados. Esto dio paso a la ICSI (Inyección intra-citoplasmática de semen), eclosión asistida, co-cultivo con células endometriales, crio-conservación embrionaria, etc., etc.
Recordemos que Leslie Brown, la mamá de Louis, era estéril por presentar una obstrucción tubaria. Con este procedimiento, no solucionó su problema (no fue terapéutico), pero pudo puentearlo o subsanarlo y logró ser madre. No es poca cosa, para una pareja que anhela serlo. El papa JP II en Donum vitae II 8 dice a la comunidad:
““El sufrimiento de los esposos que no pueden tener hijos o que temen traer al mundo un hijo minusválido es una aflicción que todos deben comprender y valorar adecuadamente.
Por parte de los esposos el deseo de descendencia es natural: expresa la vocación a la paternidad y a la maternidad inscripta en el amor conyugal. Este deseo puede ser todavía más fuerte si los esposos se ven afligidos por una esterilidad que parece incurable (…)”.
Sin embargo, pese a todo, el Vaticano brinda un mensaje en disconformidad por la elección del galardonado y nuevamente la sociedad se encuentra en la antinomia ciencia y fe.
¿Pero cómo puede ser? ¿No han nacido 4 millones de niños en el mundo gracias a estas técnicas? ¿No han hecho felices a 4 millones de parejas que consiguieron ver realizada su legítima aspiración a la paternidad?
Nuevamente la Iglesia católica es el ogro en esta historia como en tantas otras que escuchamos. Y si bien todos la critican, son muy pocos los que escuchan los argumentos que ofrece Ignacio Carrasco de Paula, presidente de la Pontificia Academia para la Vida:
“Sin Edwards no existiría el mercado de los ovocitos”.
El 20 de septiembre, en el diario La nación salió un artículo titulado “De oficio donante” donde varias chicas comentaban su vocación “altruista” de donar óvulos, sometiéndose a agresivos tratamientos hormonales que podían lesionar su salud. Solo cobraban un viático (el último había sido de $800) para trasladarse del conurbano bonaerense hasta el centro de fertilidad. ¿Nadie se pregunta por qué esta actitud generosa, casi filantrópica, se presenta solo en gente de pocos recursos?
“Sin Edwards no habría congeladores llenos de embriones a la espera de ser transferidos a un útero, o más probablemente para ser utilizados para la investigación, o bien para morir abandonados y olvidados por todos”
En Información general de lanación.com, se publicó el 12 de julio de 2007 la siguiente noticia: “Hay 12.000 embriones congelados en la Capital” y comenzaba así:
“Son más de 12.000, pero apenas unos 520 engendrarán bebes…”
Caramba, entonces, si el 95% de los embriones congelados no engendrarán bebés no es tan descabellado el fastidio de la Iglesia.
¿Por qué morirán ese 95% de embriones?
Muchos por la manipulación extracorpórea que los dañará al sacarlos de su hábitat natural, ya que tienen un diseño biológico tal que son felices en el seno materno.
Otros serán discriminados al mejor estilo nazi: diagnóstico genético preimplantatorio, una nueva forma de eugenesia que permite elegir, por razones médicas o sociales, el embrión que tiene derecho a vivir.
Algunos más serán abandonados por sus progenitores porque deciden dejar de intentarlo, o porque se separan, o porque ya tienen la parejita, o porque, nuevamente la filantropía, los donan para experimentar…
Desde la biología se sabe desde hace mucho tiempo, que un embrión desde que se forma es una nueva vida individual, dueño de un programa genético definido que lo identifica a lo largo de todo su desarrollo como un mismo individuo siempre de la misma especie. Un individuo humano, lo es desde el principio, ya que no hay un proceso de humanización durante la gestación. Ese embrión humano irá creciendo de modo continuo y gradual, siempre que lo dejen, o sea, que no lo lastimen manipulándolo, o por sacarle un par de células para diagnóstico, o porque después de la selección no perteneció al grupo de los elegidos, o porque fue abandonado o donado a la ciencia
Para una paternidad responsable, es requisito desear un hijo. Sin embargo esta buena intención no alcanza para la valoración moral de un procedimiento que deja en el camino la vida de tantos seres indefensos. ¿Esos pequeñitos no tienen derechos humanos?
Pero esto, es responsabilidad de todos: Las técnicas de reproducción asistida se seguirán ofreciendo como “solución” a la esterilidad, entonces sería necesario que nuestros legisladores se preocuparan, antes de intentar que las costeen las obras sociales, o el estado o quien sea, que haya algún tipo de regulación para estas prácticas. Así por lo menos, se podría evitar un poco el estrago embrionario.
También sería conveniente que se financiaran proyectos de investigación que apuntaran a solucionar las causas de la esterilidad y no a eludirla con fertilización extracorpórea.
Otra cosa importante que se podría hacer desde el Ministerio de Salud, es difundir la conveniencia de completar la maternidad antes de los 35 años. Pocas mujeres son realmente consientes de la disminución de la fertilidad con la edad, y cuántos menos riesgos se corren de tener un niño con patología genética siendo joven.
Y por último, deberían agilizarse de alguna forma los programas de adopción, de manera que muchas parejas puedan encontrar rápidamente la ocasión de brindar su amor a tantos niños carentes de hogar que necesitan ser acogidos.
¿La paternidad es un derecho o debemos considerarla un don?
La ciencia técnica no puede perderse en la ilusión de su propia omnipotencia.
Realidad Bioética agradece este generoso aporte.
viernes, 15 de octubre de 2010
Cuidar es prevenir. Prevenir es también cuidar.
Pastillas - lanacion.com - CUIDADO DE LA VISIÓN - HIGIENE
15 DE OCTUBRE
DÍA MUNDIAL DEL LAVADO DE MANOS
Lavarse las manos salva vidas - lanacion.com
15 DE OCTUBRE
DÍA MUNDIAL DEL LAVADO DE MANOS
Lavarse las manos salva vidas - lanacion.com
martes, 12 de octubre de 2010
Bebés prematuros
10:41 | Sociedad
SALUD
SEIS DE CADA DIEZ CASOS SON EVITABLES
El nacimiento prematuro es la primera causa de muerte en bebés
Según UNICEF, en Argentina, nacen 60.000 bebés prematuros por año. De ellos, 9.000 no llegan a los doce meses de vida. La semana pasada, organizaron jornadas para promover el buen desarrollo de estos niños y reducir los partos anticipados. En La Matanza, participó el Hospital Paroissien.
Por Emiliano Suárez
Milagros nació con 695 gramos cuando llevaba tan solo 27 semanas de gestación. A su mamá, le debieron interrumpir el embarazo porque sufría de alta presión y la bebé no podía recibir el oxígeno que necesitaba. Estuvo siete meses internada y 54 días conectada a un respirador artificial, porque sus pulmones no estaban aun desarrollados. Incluso, después del alta, tuvo que ser reinternada en siete oportunidades. Hoy, ya tiene un año y once meses y las secuelas la obligan a llevar un mini tubo de oxígeno a cuestas.
Historias de vida como la de Milagros y su familia se repiten en todas las maternidades: en Argentina, se producen 60.000 nacimientos pretérmino por año, lo que representa, aproximadamente, el ocho por ciento del total de los alumbramientos del país.
Un bebé es considerado prematuro cuando nace antes de las 37 semanas de gestación (un embarazo normal se extiende por 40 o 41 semanas). Por lo general, nacen con menos de 2,5 kilos pero otros, los de alto riesgo, pueden llegar a pesar 500 gramos. Algunos de ellos suelen evolucionar con secuelas crónicas como ceguera, parálisis motora o dificultades cognitivas.
Si bien, con el desarrollo de los procedimientos médicos, estos niños tienen, cada vez, mayor sobrevida, la prematuridad sigue siendo la primera causa de muerte neonatal. Según datos que maneja UNICEF, cada año, algo más de 9.000 bebés prematuros no llegan al primer año de vida: casi 6.000 fallecimientos se producen antes de los 20 días y, en especial, en la primera semana.
Poner en agenda
Días atrás, UNICEF organizó la “Semana del Prematuro”, una campaña de actividades vinculadas a la promoción de la salud, que se desarrolló en más de 70 centros de asistencia de distintas provincias.
Se realizaron ateneos profesionales, videoconferencias y jornadas recreativas con la intención de capacitar a los profesionales, difundir medidas preventivas y sensibilizar a la población sobre esta problemática.
En La Matanza, el sitio de referencia de la actividad fue el Hospital Diego Paroissien, donde, el miércoles pasado, hubo charlas abiertas sobre la atención temprana del embarazo y se dieron pautas sobre lactancia materna y los cuidados de los bebés prematuros. Al día siguiente, se efectuó una fiesta para agasajar a los niños y sus familias.
Alcira Escandar, jefa del servicio de neonatología del nosocomio de Isidro Casanova, explicó a El1 digital que, con estas jornadas, “se quiso ubicar a la prematuridad como una prioridad en la atención de la salud pública”. Según relató la doctora, se hizo especial hincapié en la divulgación de la pautas de prevención. “La mortalidad de estos bebés se puede disminuir si se controla el embarazo desde los primeros meses”, resaltó.
En el hospital provincial, proyectan que, este año, alcanzarán un total de 3.400 partos, de los cuales entre el doce y el 15 por ciento se producirán antes de completar la gestación en el vientre materno.
Es posible evitar
Desde UNICEF, aseguran que seis de cada diez muertes neonatales son evitables. Según describió María José Ravalli, responsable de comunicación de la entidad en Argentina, las embarazadas que fuman, toman alcohol o consumen drogas tienen más chances de parir un hijo prematuro.
Del mismo modo, precisó que el tiempo que pasa entre un embarazo y otro, también, contribuye en los nacimientos pretérmino. “Se deberían dejar pasar más de dos años de edad intergestacional”, recomendó. Incluso, aseguró que los embarazos adolescentes, en muchos casos, terminan en partos anticipados.
Para reducir las secuelas de la prematuridad, UNICEF recomienda aplicar, en las maternidades, la atención “centrada en la familia”, es decir que se les permita a los familiares tener contacto directo con los bebés durante la internación. “Está demostrado que es una práctica efectiva y que contribuye al desarrollo de los niños”, aseguró Ravalli.
Fecha de Publicación: 2010-10-11
Fuente: El1
Disponible en: www.periodicouno.com.ar/index.php?idPage=20&idArticulo=18483
SALUD
SEIS DE CADA DIEZ CASOS SON EVITABLES
El nacimiento prematuro es la primera causa de muerte en bebés
Según UNICEF, en Argentina, nacen 60.000 bebés prematuros por año. De ellos, 9.000 no llegan a los doce meses de vida. La semana pasada, organizaron jornadas para promover el buen desarrollo de estos niños y reducir los partos anticipados. En La Matanza, participó el Hospital Paroissien.
Por Emiliano Suárez
Milagros nació con 695 gramos cuando llevaba tan solo 27 semanas de gestación. A su mamá, le debieron interrumpir el embarazo porque sufría de alta presión y la bebé no podía recibir el oxígeno que necesitaba. Estuvo siete meses internada y 54 días conectada a un respirador artificial, porque sus pulmones no estaban aun desarrollados. Incluso, después del alta, tuvo que ser reinternada en siete oportunidades. Hoy, ya tiene un año y once meses y las secuelas la obligan a llevar un mini tubo de oxígeno a cuestas.
Historias de vida como la de Milagros y su familia se repiten en todas las maternidades: en Argentina, se producen 60.000 nacimientos pretérmino por año, lo que representa, aproximadamente, el ocho por ciento del total de los alumbramientos del país.
Un bebé es considerado prematuro cuando nace antes de las 37 semanas de gestación (un embarazo normal se extiende por 40 o 41 semanas). Por lo general, nacen con menos de 2,5 kilos pero otros, los de alto riesgo, pueden llegar a pesar 500 gramos. Algunos de ellos suelen evolucionar con secuelas crónicas como ceguera, parálisis motora o dificultades cognitivas.
Si bien, con el desarrollo de los procedimientos médicos, estos niños tienen, cada vez, mayor sobrevida, la prematuridad sigue siendo la primera causa de muerte neonatal. Según datos que maneja UNICEF, cada año, algo más de 9.000 bebés prematuros no llegan al primer año de vida: casi 6.000 fallecimientos se producen antes de los 20 días y, en especial, en la primera semana.
Poner en agenda
Días atrás, UNICEF organizó la “Semana del Prematuro”, una campaña de actividades vinculadas a la promoción de la salud, que se desarrolló en más de 70 centros de asistencia de distintas provincias.
Se realizaron ateneos profesionales, videoconferencias y jornadas recreativas con la intención de capacitar a los profesionales, difundir medidas preventivas y sensibilizar a la población sobre esta problemática.
En La Matanza, el sitio de referencia de la actividad fue el Hospital Diego Paroissien, donde, el miércoles pasado, hubo charlas abiertas sobre la atención temprana del embarazo y se dieron pautas sobre lactancia materna y los cuidados de los bebés prematuros. Al día siguiente, se efectuó una fiesta para agasajar a los niños y sus familias.
Alcira Escandar, jefa del servicio de neonatología del nosocomio de Isidro Casanova, explicó a El1 digital que, con estas jornadas, “se quiso ubicar a la prematuridad como una prioridad en la atención de la salud pública”. Según relató la doctora, se hizo especial hincapié en la divulgación de la pautas de prevención. “La mortalidad de estos bebés se puede disminuir si se controla el embarazo desde los primeros meses”, resaltó.
En el hospital provincial, proyectan que, este año, alcanzarán un total de 3.400 partos, de los cuales entre el doce y el 15 por ciento se producirán antes de completar la gestación en el vientre materno.
Es posible evitar
Desde UNICEF, aseguran que seis de cada diez muertes neonatales son evitables. Según describió María José Ravalli, responsable de comunicación de la entidad en Argentina, las embarazadas que fuman, toman alcohol o consumen drogas tienen más chances de parir un hijo prematuro.
Del mismo modo, precisó que el tiempo que pasa entre un embarazo y otro, también, contribuye en los nacimientos pretérmino. “Se deberían dejar pasar más de dos años de edad intergestacional”, recomendó. Incluso, aseguró que los embarazos adolescentes, en muchos casos, terminan en partos anticipados.
Para reducir las secuelas de la prematuridad, UNICEF recomienda aplicar, en las maternidades, la atención “centrada en la familia”, es decir que se les permita a los familiares tener contacto directo con los bebés durante la internación. “Está demostrado que es una práctica efectiva y que contribuye al desarrollo de los niños”, aseguró Ravalli.
Fecha de Publicación: 2010-10-11
Fuente: El1
Disponible en: www.periodicouno.com.ar/index.php?idPage=20&idArticulo=18483
sábado, 9 de octubre de 2010
martes, 5 de octubre de 2010
sábado, 2 de octubre de 2010
"(...) claramente (...) antiético (...)"
News Release
FOR IMMEDIATE RELEASE
Friday, October 1, 2010
Contact: HHS Press Office
(202) 690-6343
Disponible en: http://www.hhs.gov/news/press/2010pres/10/20101001a.html
Joint Statement by Secretaries Clinton and Sebelius on a 1946-1948 Study
Following is a joint statement by Secretary of State Hillary Rodham Clinton and Secretary of Health and Human Services Kathleen Sebelius on the U.S. Public Health Service Sexually Transmitted Disease Inoculation Study of 1946-1948:
The sexually transmitted disease inoculation study conducted from 1946-1948 in Guatemala was clearly unethical. Although these events occurred more than 64 years ago, we are outraged that such reprehensible research could have occurred under the guise of public health. We deeply regret that it happened, and we apologize to all the individuals who were affected by such abhorrent research practices. The conduct exhibited during the study does not represent the values of the United States, or our commitment to human dignity and great respect for the people of Guatemala. The study is a sad reminder that adequate human subject safeguards did not exist a half-century ago.
Today, the regulations that govern U.S.-funded human medical research prohibit these kinds of appalling violations. The United States is unwavering in our commitment to ensure that all human medical studies conducted today meet exacting U.S. and international legal and ethical standards. In the spirit of this commitment to ethical research, we are launching a thorough investigation into the specifics of this case from 1946. In addition, through the Presidential Commission for the Study of Bioethical Issues, we are also convening a body of international experts to review and report on the most effective methods to ensure that all human medical research conducted around the globe today meets rigorous ethical standards.
The people of Guatemala are our close friends and neighbors in the Americas. Our countries partner together on a range of issues, and our people are bound together by shared values, commerce, and by the many Guatemalan Americans who enrich our country. As we move forward to better understand this appalling event, we reaffirm the importance of our relationship with Guatemala, and our respect for the Guatemalan people, as well as our commitment to the highest standards of ethics in medical research.
TEXT IN SPANISH:
Declaraciones de la secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton
y la secretaria de Salud y Servicios Sociales Kathleen Sebelius
sobre el Estudio de inoculación de enfermedades de transmisión sexual
del Servicio de Salud Pública de Estados Unidos de 1946 a 1948
El estudio de inoculación de enfermedades de transmisión sexual que se llevó a cabo de 1946 a 1948 en Guatemala claramente fue antiético. Aunque estos sucesos ocurrieron hace más de 64 años, estamos indignados de que tal investigación reprochable haya ocurrido bajo el pretexto de la salud pública. Lamentamos profundamente que esto haya sucedido y ofrecemos nuestras disculpas a todas las personas que resultaron afectadas por esas abominables prácticas de investigación. La conducta demostrada durante el estudio no representa los valores de Estados Unidos ni nuestro compromiso con la dignidad humana y el gran respeto hacia el pueblo de Guatemala. El estudio es un triste recordatorio de que las garantías adecuadas para la investigación en seres humanos no existían hace medio siglo.
En la actualidad, los reglamentos que gobiernan la investigación médica en seres humanos financiada por Estados Unidos prohíben este tipo de violaciones atroces. Estados Unidos es inquebrantable en su compromiso de garantizar que todos los estudios médicos en seres humanos que se realizan en la actualidad, cumplan con las rigurosas normas legales y éticas de Estados Unidos e internacionales. Bajo el espíritu de este compromiso con la ética investigativa, estamos iniciando una minuciosa investigación con respecto a los detalles de este caso de 1946. Además, mediante la Comisión Presidencial para el Estudio de Asuntos de Bioética, convocaremos también a un cuerpo de especialistas internacionales para que revise e informe sobre los métodos más eficaces para asegurar que toda investigación médica en seres humanos que se realice en el mundo en la actualidad cumpla con rigurosas normas éticas.
El pueblo de Guatemala es uno de nuestros amigos cercanos y vecinos en las Américas. Nuestros países son socios en una variedad de asuntos y nuestros pueblos están vinculados por valores compartidos, comercio y por los muchos estadounidenses de origen guatemalteco que enriquecen nuestro país. A medida que avanzamos para comprender mejor este atroz suceso, reiteramos la importancia de nuestra relación con Guatemala y nuestro respeto por el pueblo guatemalteco, así como nuestro compromiso con las normas éticas más exigentes en la investigación médica.
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Note: All HHS press releases, fact sheets and other press materials are available at http://www.hhs.gov/news.
Last revised: October 01, 2010
Página/12
www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-154189-2010-10-02.html
SOCIEDAD › EE.UU. PIDIO PERDON A GUATEMALA POR HABER INOCULADO A SU POBLACION ENFERMEDADES DE TRANSMISION SEXUAL
Un experimento digno de la Alemania nazi
Entre 1946 y 1948, científicos norteamericanos contagiaron de manera intencional sífilis y gonorrea en detenidos y enfermos mentales para probar el efecto de la penicilina. El presidente de Guatemala lo calificó como “delito de lesa humanidad”.
Estados Unidos debió pedir disculpas a Guatemala por un estudio que realizó, ocultándolo, con parte de su población, al infectar deliberadamente a cientos de ciudadanos con enfermedades de transmisión sexual. El experimento, calificado de “abominable” por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, fue realizado entre 1946 y 1948. Ayer, el presidente norteamericano, Barack Obama, se comunicó con su par de Guatemala, Alvaro Colom, quien luego definió el hecho como un “delito de lesa humanidad”, calificó los episodios como “espeluznantes y desagradables”, y advirtió que “el gobierno se reserva el derecho de (realizar) una denuncia”.
“Lamentamos profundamente que esto haya sucedido y ofrecemos nuestras disculpas a todas las personas que resultaron afectadas por esas abominables prácticas de investigación”, declararon Hillary Clinton y la secretaria de Salud, Kathleen Sebelius, en un comunicado que corroboraba la denuncia hecha hace cuatro años por una investigadora universitaria. El responsable del experimento, cuya veracidad había sido puesta en duda hasta ahora, fue el propio Servicio de Salud Pública de Estados Unidos (PHS, por sus siglas en inglés). El estudio fue “claramente antiético”, afirmó el comunicado firmado por Clinton y Sebelius. “Aunque estos sucesos ocurrieron hace más de 64 años, estamos indignados de que tal investigación reprochable haya ocurrido bajo el pretexto de la salud pública.” Un “profundo pesar”, indicó la secretaria de Estado, la embargó por ver que “una investigación tan reprensible pudiera ocurrir”. Esto “no representa los valores de Estados Unidos”, aseveró.
En improvisada conferencia de prensa, el presidente guatemalteco contó que Clinton le había informado el hallazgo el jueves. “Es un delito de lesa humanidad lo ocurrido en esa época y el gobierno se reserva el derecho de una denuncia”, advirtió, al tiempo que dio a conocer que ya ordenó a los ministros de Salud, Defensa y Gobernación (Interior) que localicen los archivos de esa época para “protegerlos y resguardarlos”.
Colom también señaló que “los investigadores y expertos conocían del trabajo, reconocían la naturaleza y lo antiético de la investigación”.
El experimento se realizó entre 1946 y 1948, a espaldas de cientos de ciudadanos guatemaltecos que fueron inoculados intencionalmente con sífilis y gonorrea. De acuerdo con la cadena estadounidense NBC, los investigadores médicos de Estados Unidos infectaron a “cientos de personas” en Guatemala, incluyendo a pacientes de instituciones mentales. En ninguno de los casos pidieron permiso a esas personas para servirse de ellas como sujetos de prueba.
Liderados por el Servicio de Salud Pública durante la administración de Harry Truman, los estudios observaban el desarrollo de las enfermedades en períodos prolongados de tiempo, sin ofrecer tratamiento alguno a los infectados, aseguró el diario guatemalteco Prensa Libre. Además, informó NBC, “muchos de los infectados fueron alentados a transmitir la infección a otros como parte del estudio”, y una tercera parte de los afectados “nunca recibió un tratamiento adecuado”.
El caso fue descubierto en 2006 por la investigadora Susan Reverby, de la Universidad Wellesley (Massachusetts), quien reveló que el estudio llevado a cabo por el médico John Cutler buscaba comprobar la efectividad de la penicilina para combatir enfermedades de transmisión sexual. Reverby descubrió que la Salud Pública ya había realizado estudios con “voluntarios” de una cárcel de Indiana, a quienes se infectó con gonorrea. Sin embargo, al encontrarse con que esos prisioneros no querían exhibir ante los investigadores las consecuencias de la enfermedad, el estudio debió replantearse.
“Para seguir adelante con ese trabajo –escribió Reverby– y para extenderlo también a la sífilis, el PHS miró hacia más allá de las fronteras estadounidenses.” Eligieron varones en la Penitenciaría Nacional y en bases del ejército, y varones y mujeres en el Hospital Nacional Mental de Guatemala; llegaron a reclutar 696 conejillos de Indias humanos. Cutler y el equipo, descubrió Reverby, primero utilizaron prostitutas ya afectadas con sífilis para infectar a los prisioneros; luego procedieron a la inoculación directa de la bacteria en los penes o brazos de las personas elegidas. Después se les suministraba penicilina. Sin embargo “no está claro” si alguno de ellos pudo curarse, o si se les administró “el tratamiento adecuado”.
Luego de conocida la información, Clinton anunció que el Estado norteamericano procedería a otra “minuciosa investigación” y que convocaría a especialistas internacionales “para que revise e informe sobre los métodos más eficaces para asegurar que toda investigación médica en seres humanos que se realice en el mundo en la actualidad cumpla con rigurosas normas éticas”.
FOR IMMEDIATE RELEASE
Friday, October 1, 2010
Contact: HHS Press Office
(202) 690-6343
Disponible en: http://www.hhs.gov/news/press/2010pres/10/20101001a.html
Joint Statement by Secretaries Clinton and Sebelius on a 1946-1948 Study
Following is a joint statement by Secretary of State Hillary Rodham Clinton and Secretary of Health and Human Services Kathleen Sebelius on the U.S. Public Health Service Sexually Transmitted Disease Inoculation Study of 1946-1948:
The sexually transmitted disease inoculation study conducted from 1946-1948 in Guatemala was clearly unethical. Although these events occurred more than 64 years ago, we are outraged that such reprehensible research could have occurred under the guise of public health. We deeply regret that it happened, and we apologize to all the individuals who were affected by such abhorrent research practices. The conduct exhibited during the study does not represent the values of the United States, or our commitment to human dignity and great respect for the people of Guatemala. The study is a sad reminder that adequate human subject safeguards did not exist a half-century ago.
Today, the regulations that govern U.S.-funded human medical research prohibit these kinds of appalling violations. The United States is unwavering in our commitment to ensure that all human medical studies conducted today meet exacting U.S. and international legal and ethical standards. In the spirit of this commitment to ethical research, we are launching a thorough investigation into the specifics of this case from 1946. In addition, through the Presidential Commission for the Study of Bioethical Issues, we are also convening a body of international experts to review and report on the most effective methods to ensure that all human medical research conducted around the globe today meets rigorous ethical standards.
The people of Guatemala are our close friends and neighbors in the Americas. Our countries partner together on a range of issues, and our people are bound together by shared values, commerce, and by the many Guatemalan Americans who enrich our country. As we move forward to better understand this appalling event, we reaffirm the importance of our relationship with Guatemala, and our respect for the Guatemalan people, as well as our commitment to the highest standards of ethics in medical research.
TEXT IN SPANISH:
Declaraciones de la secretaria de Estado Hillary Rodham Clinton
y la secretaria de Salud y Servicios Sociales Kathleen Sebelius
sobre el Estudio de inoculación de enfermedades de transmisión sexual
del Servicio de Salud Pública de Estados Unidos de 1946 a 1948
El estudio de inoculación de enfermedades de transmisión sexual que se llevó a cabo de 1946 a 1948 en Guatemala claramente fue antiético. Aunque estos sucesos ocurrieron hace más de 64 años, estamos indignados de que tal investigación reprochable haya ocurrido bajo el pretexto de la salud pública. Lamentamos profundamente que esto haya sucedido y ofrecemos nuestras disculpas a todas las personas que resultaron afectadas por esas abominables prácticas de investigación. La conducta demostrada durante el estudio no representa los valores de Estados Unidos ni nuestro compromiso con la dignidad humana y el gran respeto hacia el pueblo de Guatemala. El estudio es un triste recordatorio de que las garantías adecuadas para la investigación en seres humanos no existían hace medio siglo.
En la actualidad, los reglamentos que gobiernan la investigación médica en seres humanos financiada por Estados Unidos prohíben este tipo de violaciones atroces. Estados Unidos es inquebrantable en su compromiso de garantizar que todos los estudios médicos en seres humanos que se realizan en la actualidad, cumplan con las rigurosas normas legales y éticas de Estados Unidos e internacionales. Bajo el espíritu de este compromiso con la ética investigativa, estamos iniciando una minuciosa investigación con respecto a los detalles de este caso de 1946. Además, mediante la Comisión Presidencial para el Estudio de Asuntos de Bioética, convocaremos también a un cuerpo de especialistas internacionales para que revise e informe sobre los métodos más eficaces para asegurar que toda investigación médica en seres humanos que se realice en el mundo en la actualidad cumpla con rigurosas normas éticas.
El pueblo de Guatemala es uno de nuestros amigos cercanos y vecinos en las Américas. Nuestros países son socios en una variedad de asuntos y nuestros pueblos están vinculados por valores compartidos, comercio y por los muchos estadounidenses de origen guatemalteco que enriquecen nuestro país. A medida que avanzamos para comprender mejor este atroz suceso, reiteramos la importancia de nuestra relación con Guatemala y nuestro respeto por el pueblo guatemalteco, así como nuestro compromiso con las normas éticas más exigentes en la investigación médica.
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Note: All HHS press releases, fact sheets and other press materials are available at http://www.hhs.gov/news.
Last revised: October 01, 2010
Página/12
www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-154189-2010-10-02.html
SOCIEDAD › EE.UU. PIDIO PERDON A GUATEMALA POR HABER INOCULADO A SU POBLACION ENFERMEDADES DE TRANSMISION SEXUAL
Un experimento digno de la Alemania nazi
Entre 1946 y 1948, científicos norteamericanos contagiaron de manera intencional sífilis y gonorrea en detenidos y enfermos mentales para probar el efecto de la penicilina. El presidente de Guatemala lo calificó como “delito de lesa humanidad”.
Estados Unidos debió pedir disculpas a Guatemala por un estudio que realizó, ocultándolo, con parte de su población, al infectar deliberadamente a cientos de ciudadanos con enfermedades de transmisión sexual. El experimento, calificado de “abominable” por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, fue realizado entre 1946 y 1948. Ayer, el presidente norteamericano, Barack Obama, se comunicó con su par de Guatemala, Alvaro Colom, quien luego definió el hecho como un “delito de lesa humanidad”, calificó los episodios como “espeluznantes y desagradables”, y advirtió que “el gobierno se reserva el derecho de (realizar) una denuncia”.
“Lamentamos profundamente que esto haya sucedido y ofrecemos nuestras disculpas a todas las personas que resultaron afectadas por esas abominables prácticas de investigación”, declararon Hillary Clinton y la secretaria de Salud, Kathleen Sebelius, en un comunicado que corroboraba la denuncia hecha hace cuatro años por una investigadora universitaria. El responsable del experimento, cuya veracidad había sido puesta en duda hasta ahora, fue el propio Servicio de Salud Pública de Estados Unidos (PHS, por sus siglas en inglés). El estudio fue “claramente antiético”, afirmó el comunicado firmado por Clinton y Sebelius. “Aunque estos sucesos ocurrieron hace más de 64 años, estamos indignados de que tal investigación reprochable haya ocurrido bajo el pretexto de la salud pública.” Un “profundo pesar”, indicó la secretaria de Estado, la embargó por ver que “una investigación tan reprensible pudiera ocurrir”. Esto “no representa los valores de Estados Unidos”, aseveró.
En improvisada conferencia de prensa, el presidente guatemalteco contó que Clinton le había informado el hallazgo el jueves. “Es un delito de lesa humanidad lo ocurrido en esa época y el gobierno se reserva el derecho de una denuncia”, advirtió, al tiempo que dio a conocer que ya ordenó a los ministros de Salud, Defensa y Gobernación (Interior) que localicen los archivos de esa época para “protegerlos y resguardarlos”.
Colom también señaló que “los investigadores y expertos conocían del trabajo, reconocían la naturaleza y lo antiético de la investigación”.
El experimento se realizó entre 1946 y 1948, a espaldas de cientos de ciudadanos guatemaltecos que fueron inoculados intencionalmente con sífilis y gonorrea. De acuerdo con la cadena estadounidense NBC, los investigadores médicos de Estados Unidos infectaron a “cientos de personas” en Guatemala, incluyendo a pacientes de instituciones mentales. En ninguno de los casos pidieron permiso a esas personas para servirse de ellas como sujetos de prueba.
Liderados por el Servicio de Salud Pública durante la administración de Harry Truman, los estudios observaban el desarrollo de las enfermedades en períodos prolongados de tiempo, sin ofrecer tratamiento alguno a los infectados, aseguró el diario guatemalteco Prensa Libre. Además, informó NBC, “muchos de los infectados fueron alentados a transmitir la infección a otros como parte del estudio”, y una tercera parte de los afectados “nunca recibió un tratamiento adecuado”.
El caso fue descubierto en 2006 por la investigadora Susan Reverby, de la Universidad Wellesley (Massachusetts), quien reveló que el estudio llevado a cabo por el médico John Cutler buscaba comprobar la efectividad de la penicilina para combatir enfermedades de transmisión sexual. Reverby descubrió que la Salud Pública ya había realizado estudios con “voluntarios” de una cárcel de Indiana, a quienes se infectó con gonorrea. Sin embargo, al encontrarse con que esos prisioneros no querían exhibir ante los investigadores las consecuencias de la enfermedad, el estudio debió replantearse.
“Para seguir adelante con ese trabajo –escribió Reverby– y para extenderlo también a la sífilis, el PHS miró hacia más allá de las fronteras estadounidenses.” Eligieron varones en la Penitenciaría Nacional y en bases del ejército, y varones y mujeres en el Hospital Nacional Mental de Guatemala; llegaron a reclutar 696 conejillos de Indias humanos. Cutler y el equipo, descubrió Reverby, primero utilizaron prostitutas ya afectadas con sífilis para infectar a los prisioneros; luego procedieron a la inoculación directa de la bacteria en los penes o brazos de las personas elegidas. Después se les suministraba penicilina. Sin embargo “no está claro” si alguno de ellos pudo curarse, o si se les administró “el tratamiento adecuado”.
Luego de conocida la información, Clinton anunció que el Estado norteamericano procedería a otra “minuciosa investigación” y que convocaría a especialistas internacionales “para que revise e informe sobre los métodos más eficaces para asegurar que toda investigación médica en seres humanos que se realice en el mundo en la actualidad cumpla con rigurosas normas éticas”.
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