"La teoría de la fecundación se ocupa de las primeras horas de vida de cualquier ser humano y sostiene que inmediatamente después que el óvulo es fecundado por el espermatozoide estamos en presencia de una nueva vida humana en la etapa más original de su vida" (2008)
UCA
07 de Abril de 2011
Humildad, respeto y servicio ante la dignidad personal del embrión humano
Resumen:
Ciertamente, ningún dato biológico es por sí mismo suficiente para
describir el milagro de la vida. Sin embargo, cuando la ciencia es entendida
como un servicio a la humanidad, los científicos son capaces de brindarnos los
conocimientos necesarios y suficientes para percibir una presencia personal
desde el primer instante de la vida de cada embrión humano.
Palabras clave:
Dignidad personal
Genoma humano
Embrión humano
Vida humana
La transmisión de la vida de padres a hijos sigue una
secuencia biológicamente establecida que se inicia cuando el espermatozoide
fecunda al óvulo.
Les propongo admirar unos pocos detalles que caracterizan
los primeros instantes, las primeras horas y los primeros días de la vida de un
ser humano. Descubramos juntos aquellas notas que caracterizaron el origen
mismo de nuestra propia vida. Reconozcamos a nuestro prójimo en cada embrión
humano. Contemplemos, humilde y respetuosamente, el misterio mismo del DON de
la vida.
Seguramente, ningún dato biológico es por sí mismo
suficiente para describir completamente el milagro de la vida. Sin embargo, cuando
la ciencia es entendida como un servicio a la humanidad, los científicos son
capaces de brindarnos los conocimientos necesarios y suficientes para percibir una
presencia personal desde el primer instante de la vida de cada embrión humano.
La vida es un proceso continuo, gradual y coordinado que
cumple etapas perfectamente sincronizadas que se suceden una tras otra siguiendo
un orden obligado y sin retroceder nunca a fases ya recorridas.
La vida es capacidad de acción espontánea e inmanente y
esto ya se verifica en el embrión humano a cada instante de su vida.
No hay ninguna evidencia capaz de poner en duda que
óvulo y espermatozoide son las únicas células capaces de transmitir -de manera
natural- la vida humana.
Todos los seres humanos recibimos naturalmente la vida
de una célula materna y de una célula paterna.
Cuando un óvulo y un espermatozoide se reconocen entre
sí, se activan uno al otro y expresan toda la información que cada uno de ellos
contiene: se concreta la transmisión de la vida de padres a hijos.
Muchos pueden decir que la reproducción es un acto
vegetativo común a todos los vivientes. Sin embargo, la sexualidad humana no
puede ni merece quedar reducida a un mero acto genital y biológico.
Ser madre. Ser padre. Es mucho más que una simple
cualidad, un estricto parentesco o un mero vínculo biológico.
Engendrar un hijo, como dice el Pbro. Alejandro D. Darío,
es un magnífico don buscado y concedido.
Ser Mamá. Ser Papá. Concebir un hijo, como dice Mons.
Luis Villalba es dar vida, es querer bien, es cuidar y es proteger.
Un hijo es mucho más que una simple novedad biológica
porque inmediatamente después de la fecundación, los mensajes genéticos materno
y paterno se combinan de un modo tan original, particular y único, que conciben
un varón o una mujer tan humano y tan digno como su padre y como su madre pero
a la vez absolutamente singular respecto a ellos.
El embrión unicelular es un ser peculiar. Es un ser
humano personalmente existente. Es una totalidad en sí mismo. Tan íntegramente
humano, como Ustedes o como yo. El embrión unicelular guarda en sí mismo toda
la información que lo hará pluricelular.
El embrión unicelular, desde sí mismo y por sí mismo, crecerá
y se desarrollará.
Es verdad que su esencia y su naturaleza se irán
expresando a medida que transcurra el tiempo.
Pero, no hay ninguna evidencia,
que haga dudar que esa esencia humana, que esa naturaleza humana, que esa
dignidad humana y personal ya están presentes desde el primer instante de su
vida. Porque ser persona es un valor en sí mismo. Es un valor existencial que
no depende de la edad, ni de la condición psicofísica ni de las capacidades que
cada uno tenga.
Repasemos
algunas evidencias científicas:
·
L La fecundación es
una verdad biológica comprobada y
comprobable que revela el pleno significado de la transmisión de la vida de
padres a hijos.
·
Una vez que óvulo
y espermatozoide acoplan sus receptores de membrana y funden sus contenidos
celulares, complejos mecanismos moleculares comienzan a sucederse uno tras otro
sin que se registre ningún retroceso a instancias ya recorridas.
·
En el embrión
unicelular cada biomolécula establece intrincadas asociaciones con las demás
biomoléculas. De este modo, el embrión unicelular es una realidad en sí mismo muy
distinta a una simple célula viva.
Los genes, además de dar las órdenes que guían todo el
proceso vital, guardan en sí mismos memoria del avance de la vida.
Los genes saben cuándo el embrión humano es un
organismo unicelular y cuándo el embrión humano es un organismo pluricelular de
2, 8, 16, 32 o 180 células.
Los genes recuerdan el viaje por la trompa de Falopio y
reconocen cada etapa vivida en el útero materno.
·
Segundo a
segundo, el embrión humano se desarrolla y todas, y cada una de sus células, además
de interaccionar con el medio que les es externo, van a diferenciarse y
especializarse para ocupar su lugar y cumplir con su función específica.
·
El proceso vital
de cada embrión humano es una secuencia ordenada y precisa durante la cual unos
genes se expresan y otros genes se silencian pero donde todos y cada uno de los
procesos de crecimiento y desarrollo son cruciales.
Una vez que la vida del embrión humano ha comenzado
cada etapa es importante.
Mientras el embrión se mueve por la trompa de Falopio al
mismo tiempo que recibe de su madre diferentes nutrientes, le envía señales a
ella para que cuando llegue al útero, éste, esté preparado para recibirlo. Una
vez en el útero, el embrión produce nuevas sustancias que conjugan
perfectamente con los cambios que se producen en el endometrio materno. De este
modo, se implanta, anida y continúa su proceso de crecimiento y desarrollo.
Cada estructura del cuerpo del embrión es en sí misma
resultado de múltiples procesos previos y
motivo de próximas expresiones
biológicas.
·
Por mencionar
sólo un ejemplo, hagamos referencia al proceso embrionario conocido como
gastrulación.
La GASTRULACIÓN es el proceso embrionario que da
origen a las tres capas celulares: endodermo, mesodermo y ectodermo de las
cuales derivarán todas las células del cuerpo humano.
No vamos a detenernos a explorar cada línea celular, pero
sí destacaremos un detalle: unos 14 días después de haber sido concebido, el
embrión humano especializa las células que le permitirán, llegado el momento, transmitir
la vida a sus propios hijos. Es decir, muy pocos días después de haber sido
concebido, el embrión humano ya guarda en sí mismo la capacidad y el valor de
procrear y tener descendencia.
·
Pero volviendo al
proceso vital, no hay dudas que, a medida que crece y se desarrolla, el embrión
va cambiando su aspecto. De haber sido, inmediatamente después de la
fecundación, un embrión unicelular al término del embarazo, será un bebé
constituido por millones de células.
Tampoco existe la más mínima duda que, desde su
concepción, fue, es y será siempre la misma persona; del mismo modo que cada
uno de nosotros fuimos, somos y seremos la misma PERSONA desde el mismo
instante en el cual fuimos concebidos.
·
Cada embrión
humano, igual que cada ser humano, tiene una vida suya y propia y cuenta con un
individual patrón estructural.
En cada etapa de su proceso vital, el embrión humano
se va adaptando a las diversas y particulares circunstancias que le van tocando vivir.
Y, en cada una de esas instancias, va a expresar el perfeccionamiento
y la especialización correspondientes a esa etapa de su vida.
·
Y esto es
posible, porque el genoma humano va permitiendo también la expresión de un
Sistema Nervioso complejo y exquisito como pocos.
Este extraordinario Sistema Nervioso cuenta con un
plus muy particular. Es esta
exclusividad la que le otorga a nuestra singular biología humana aquello que
nos distingue de todos los demás seres vivos.
Es nuestro humano código genético el que nos permite
ir más allá de la simple vida corporal y, llegado el momento, expresar
libremente nuestra inteligencia y nuestra voluntad.
·
Es, desde el mismo
principio de nuestra vida, que la información genética va guiando la maduración neuronal y la integración
neurobiológica que nos caracteriza.
Que cada uno de nosotros haya podido, en el momento
adecuado y oportuno de su desarrollo, comenzar a evidenciar sus actos, manifestar
sus hábitos, expresar sus emociones y sentimientos y exponer sus pensamientos y
decisiones es consecuencia directa de aquella dotación genética que recibimos
de nuestros padres en el preciso instante en el cual fuimos concebidos.
En el primer instante de nuestra vida, en el primer
instante de la vida de cada embrión humano, cuando por la fecundación fuimos
concebidos mujer o varón, nuestra dignidad personal y humana se hizo evidente y
existencial.
Es cierto que la dignidad personal de cada ser humano no
puede demostrarse científicamente, pero puede percibirse como se intuye la
infinita verdad, bondad y belleza de todo lo originalmente creado.
Con humildad admiremos el don magnífico de la vida
humana que a cada instante se revela pleno de misterio y evidencias.
Con respeto reconozcamos la particular dignidad
personal de cada embrión humano.
Y con verdadera actitud de servicio démosle sentido a
nuestros actos buscando siempre el bien de quien también es nuestro prójimo desde
el primer instante de su vida.- (publicado también en Vida y Ética - Año 12 - N°1 - Junio 2011 - pp.181-186)