Hoy, 1 de junio, es el Día internacional del Niño.
Hoy, 1 de junio, los niños en Ucrania ven vulnerados sus más fundamentales derechos.
550 niños ucranianos fueron asesinados por Rusia desde el 24 de febrero de 2022 cuando se inició la invasión a gran escala sobre Ucrania. Desde ese día, cada día, los niños en Ucrania sufren de los más diversos modos. Sufren heridas físicas. Sufren no poder conciliar el sueño. Sufren no poder ir a la escuela. Sufren no poder jugar libremente. Sufren la pérdida de seres queridos. Sufren agresiones a su integridad bio-psico-socio-religioso-cultural.
En Mateo 18, 6 el aviso es muy severo: “Pero si alguien escandaliza a uno de estos pequeños que creen en mí, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo hundieran en el fondo del mar.”
La suma del mal se expresa a pleno cuando se violan la dignidad y los derechos fundamentales de un niño. La invasión a gran escala de Rusia sobre Ucrania concentra la suma de todos los males posibles y provoca deliberadamente daño a los niños ucranianos.
Los niños en ninguna parte del mundo deben vivir aterrados. Ningún niño debe vivir angustiado. Ningún niño debe ser agredido. Los niños no deben ser secuestrados ni maltratados. Nadie debe apropiarse de la vida de un niño. Se debe exigir a Rusia que deje de violar la dignidad, la vida y la integridad de los niños ucraniano.
“El abuso, en cualquiera de sus formas, es inaceptable. (…) El testimonio de los supervivientes representa una herida abierta (…)”[1] y exige sanción perpetua y el más alto reproche a quien, como individuo o como Estado, aterrorice, lastime o le quite la vida a un niño. Rusia merece sanción perpetua y el más alto reproche por violar los derechos humanos fundamentales de los niños en Ucrania.
Exigir el respeto de la dignidad y los derechos fundamentales de los niños en Ucrania y en todo el mundo es estar al servicio de la paz. Una paz justa y verdadera.
“(…) Para servir verdaderamente a la paz, la
libertad de cada ser humano y de cada comunidad humana debe respetar las
libertades y los derechos de los demás, individuales o colectivos. (…)”[2] Rusia no lo hace.
“(…) Para respetar la libertad, hay que contribuir también a la codificación progresiva de las aplicaciones que emanan de la Declaración universal de los Derechos del hombre. (…)”[3] Rusia no sabe decodificarla.
Los niños ucranianos y todos los niños merecen nuestros mayores esfuerzos por un orden mundial respetuoso de la vida y de la dignidad de cada persona desde el primer instante de su existencia y en cada instancia de su vida.
Que el próximo 1 de junio nos encuentre celebrando la vida y
la dignidad de cada niño y celebrando que los niños en Ucrania están libres de
invasores rusos.
Que el próximo 1 de junio los Derechos Humanos sean respetados en Ucrania y en cada parte del mundo.
Ojalá no sea solo un deseo. Dios quiera concedernos esta
bendición.
Roxana E. Stasiow
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