El Hombre tiene conciencia de lo bueno y de lo malo.
Una inteligencia bien habituada a la verdad capta la realidad tal cual es y no la construye según su conveniencia.
Cuando se niega la verdadera realidad del ser humano surgen los distintos enfoques reduccionistas que pretenden explicar la naturaleza del hombre desconociendo que su ser personal es una unidad de cuerpo y alma (materia y forma) y que, por su exclusiva dignidad, merece absoluto respeto.
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